4 cosas que dicen tus rodillas sobre tu salud

Antes de tomar algún tipo de analgésico para el dolor de las rodillas, es conveniente que consultes con el especialista para que te chequee y establezca el tratamiento más adecuado.

Tengas la edad que tengas, no debes pasar por alto un dolor de rodilla. Puede que se trate de un problema del tendón del cuádriceps y ligamento rotuliano o, tal vez, de una lesión en  las estructuras articulares y periarticulares de la zona.

Las rodillas son muy vulnerables a sufrir lesiones. Ciertos ejercicios, movimientos bruscos o, simplemente, el paso del tiempo, van deteriorando las articulaciones y traen consigo una serie de molestias que, en algunos casos, resultan incapacitantes para quien las padece.

En ocasiones, las pastillas para mitigar el dolor, el reposo, el hecho de dejar de ir al gimnasio y evitar las escaleras pueden ayudar a aliviar el dolor. No obstante, en situaciones más graves, es necesaria una cirugía. Si quieres saber más sobre este tema, conoce qué dirían las rodillas si pudieran hablar.

1. ¡No subas las escaleras!

Cuando el dolor en tus rodillas es tan intenso que te impide subir escaleras con normalidad, esta puede ser una señal de que están desgastadas por el uso. Otras posibles causas de dicho dolor son: t raumatismos, defectos congénitos o trastornos metabólicos.

El dolor de rodillas al subir las escaleras puede ser señal temprana de osteocondritis, que, según los expertos de la Clínica Mayo, es una enfermedad articular en la que el hueso que se encuentra debajo del cartílago de una articulación muere debido a la falta de flujo sanguíneo.

 

2. ¿Sentiste ese chasquido?

A veces, cuando la rótula hace un leve ‘crac’ puede que haya ocurrido un desgarro de menisco tras una lesión. Los meniscos son dos discos cartilaginosos que tienen forma de C y están ubicados entre el fémur (el hueso del muslo), la tibia (pantorrilla) y la rótula (el hueso central redondeado de la rodilla).

Estos fibrocartílagos ayudan a mantener estable la rodilla y sirven para amortiguar los impactos que reciben los huesos. Según una publicación de American Academy of Orthopaedic Surgeons, los desgarros en esta zona son muy frecuentes, sobre todo, en quienes practican deportes de contacto.

3. Presta atención a ese hormigueo

La ciática produce entumecimiento u hormigueo por detrás de las rodillas. Aunque no se trata de una enfermedad como tal, es un daño del nervio ciático, que inicia en la región lumbar y baja por la parte posterior de cada pierna. Cuando esto sucede, el dolor es tan fuerte que puede imposibilitar el movimiento.

Al acudir al médico, te puede recomendar aplicar calor o frío en el área que presenta el dolor, para reducir la inflamación. De acuerdo con un artículo de Spine-Health, por lo general, se aplica el hielo o el calor durante aproximadamente 20 minutos y el proceso se repite cada dos horas. 

4. Mueve las piernas

Así como la ciática, los coágulos sanguíneos producen dolor detrás de la rodilla y generan calor en la zona. Estos coágulos pueden ocurrir por:

  • Obesidad.
  • Embarazo.
  • Menopausia.
  • Sedentarismo.
  • Fractura de un hueso.
  • Control de la natalidad.
  • Un accidente, una caída, etcétera.

 

En estos casos es importante acudir al servicio de urgencias para una evaluación y tratamiento cuanto antes. Los pacientes predispuestos que vayan a viajar varias horas en avión o auto deben procurar mantener en movimiento las piernas y los músculos de la pantorrilla.

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