La rodilla es una de las articulaciones que más sufre, debido al peso que soporta y al desgaste propio del paso de los años. En las mujeres, además, los problemas en esta articulación son más frecuentes. Te explicamos cuál puede ser la causa de tu dolor en las rodillas y cómo aliviarlo.
El dolor de rodilla es una queja frecuente que afecta a personas de todas las edades. Puede ser resultado de una lesión, como una ruptura de ligamento o un desgarro de cartílago. Algunas afecciones médicas, como la artritis, la gota y las infecciones, también pueden provocar dolor de rodilla.
Muchos tipos de dolores de rodilla leves responden bien a las medidas de cuidado personal. La fisioterapia y las rodilleras también pueden ayudar a aliviar el dolor. Sin embargo, en algunos casos, tu rodilla puede necesitar una reparación quirúrgica.
La ubicación e intensidad del dolor de rodilla puede variar según la causa del problema. Los signos y síntomas que a veces acompañan el dolor de rodilla son:
Comunícate con tu médico si te ocurre lo siguiente:
Una lesión en la rodilla puede afectar a cualquiera de los ligamentos, tendones o sacos llenos de líquido (bolsas sinoviales) que rodean la articulación de la rodilla, así como a los huesos, cartílagos y ligamentos que forman la articulación en sí. Algunas de las lesiones de rodilla más frecuentes son las siguientes:
Algunos ejemplos de problemas mecánicos que pueden provocar dolor de rodilla son los siguientes:
Existen más de 100 tipos de artritis diferentes. Las variedades que suelen afectar más a la rodilla son las siguientes:
Si bien no siempre es posible prevenir el dolor de rodilla, las siguientes sugerencias pueden ayudar a prevenir lesiones y el deterioro de las articulaciones:
Gana fortaleza, mantén la flexibilidad. La debilidad muscular es la principal causa de las lesiones de rodilla. Te beneficiarás de fortalecer los cuádriceps y músculos isquiotibiales, los músculos en la parte delantera y trasera de los muslos que ayudan a sostener las rodillas. El entrenamiento para mejorar el equilibrio y la estabilidad ayuda a que los músculos que rodean las rodillas trabajen juntos con más eficacia.
Y como los músculos tensos también pueden favorecer las lesiones, es importante estirarlos bien. Intenta incorporar ejercicios de flexibilidad en tu entrenamiento.